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Fauna

Fauna

En el conjunto de sierras que conforman el Paisaje Protegido de la Serra del Maigmó y Serra del Sit existe una gran variedad de hábitats diferentes, tales como pinares, carrascales, matorrales, campos de cultivo de secano, laderas sin arbolado, roquedos, cuevas, zonas húmedas junto a pequeños puntos de agua, fuentes, nacimientos, ramblas, etc., lo que está asociado a una gran biodiversidad tanto florística como faunística. Debido a este factor y a la existencia de lugares alejados de zonas habitadas y de grandes infraestructuras viarias, existe una gran cantidad de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, insectos y otros artrópodos.

Entre los animales que pueblan este territorio cabe destacar la presencia de un gran número de aves rapaces, que encuentran en las laderas escarpadas, como la cara Sur del Cid o del Maigmó, lugares de refugio de un valor incalculable. Entre las rapaces que se pueden observar podemos destacar el halcón peregrino (Falco peregrinus), el cernícalo (Falco tinnunculus), el águila real (Aquila chrysaetos), el águila culebrera (Circaetus gallicus) o el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), actualmente en peligro de extinción. Pero estas montañas no son sólo refugio de rapaces pues también existen cientos de pájaros que pueblan los diferentes hábitats, como el búho real (Bubo bubo), el mochuelo (Athene noctua), el piquituerto (Loxia curvirostra), la perdiz roja (Alectoris rufa), la urraca (Pica pica), la abubilla (Upupa epops), el pito real (Picus viridis), el jilguero (Carduelis carduelis), el gorrión molinero (Passer montanus), el petirrojo (Erithacus rubecula), currucas (Sylvia sp.), el avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), la golondrina (Hirundo rustica), la lavandera blanca (Motacilla alba), colirrojos (Phoenicurus sp.), estorninos (Sturnus sp.), mirlos (Turdus sp.), y un largo etcétera.

Por otra parte, la presencia de pequeños mamíferos es muy abundante, destacando la existencia en casi todo tipo de ambientes de erizos (Erinaceus europaeus) y musarañas (Crocidura russula y Suncus etruscus). Los roedores también son muy frecuentes y variados, habiéndose constatado la presencia de 8 de las 9 especies citadas en la Comunidad Valenciana: 5 múridos, que son el ratón de campo (Apodemos sylvaticus), el ratón moruno (Mus spreatus), el ratón casero (Mus domesticus), la rata común (Rattus norvegicus) y la rata negra (Rattus rattus), todos ellos muy abundantes; el topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus), especie más rara y sólo presente en el suroeste del paisaje; la ardilla (Sciurus vulgaris), que aunque escasa, en ocasiones se puede observar en La Melonera y por el término de Castalla; y el lirón careto (Eliomys quercinus), que con un poco de suerte podemos encontrarlo en lugares escarpados, con grandes rocas y con vegetación arbórea o arbustiva.

Los murciélagos son muy comunes y, aunque no existen muchas cuevas en este paisaje, utilizan masías deshabitadas, tejados o incluso cortezas arrancadas de árboles o cualquier rincón natural para cobijarse y descansar.

Aunque no tan abundante como en tiempos anteriores, también hay que destacar la presencia de liebres (Lepus granatensis) y conejos (Oryctolagus cuniculus). La disminución de estas especies ha sido causada fundamentalmente por la aparición del virus de la mixomatosis a medidos de los años 50, por la enfermedad del RHD a finales de la década de los 80 y sobretodo por el abandono de las actividades tradicionales, en especial de las zonas agrícolas.

Y en cuanto a los mamíferos carnívoros, existen zorros (Vulpes vulpes), presentes por todo el territorio, comadrejas (Mostela nivalis), que suelen frecuentar zonas cercanas a núcleos urbanizados dispersos, como por ejemplo el valle de Caprala, garduñas (Martes foina), en terrenos escarpados, con fuertes pendientes y con cobertura vegetal, ginetas (Genetta genetta), en zonas pedregosas y con abundante vegetación arbórea y dos especies poco frecuentes: el tejón (Meles meles) y el gato montés (Felis silvestris).

En lo que se refiere a grandes mamíferos, en la actualidad sólo existen 3 especies: el jabalí, el arruí y el muflón. Sin embargo, estudios realizados confirman que en la antigüedad se veían correr por estos montes a ciervos y cabras monteses. Hoy en día, el Jabalí (Sus scrofa) se extiende por todo el territorio pero en especial en zonas de vegetación densa y junto a puntos de agua como la Font del Llop, en la Serra d’Argüenya. Por su parte, la población de arruís (Ammotragus lervia), procedentes del Atlas marroquí, fue introducida recientemente debido a una fuga de 59 ejemplares de una finca cinegética en la Serra de la Penya-Rotja en 1990. Posteriormente, en 1999, otra fuga de una finca de Aitana hizo aumentar su población. Esta especie es bastante fácil de observar, principalmente en el Cid, Els Xaparrals y l’Alvaiol y es muy apreciada por los vecinos de la población de Petrer.

Los reptiles más comunes son la salamanquesa común (Tarentola mauritanica) y la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus), diferenciadas porque la primera sólo tiene uñas en el tercer y cuarto dedo y la segunda en todos los dedos; la lagartija cola larga (Psammodromus algirus), ampliamente distribuida, desde bancales abandonados hasta coscojares y pinares por encima de los 1.000 metros de altitud; la lagartija coliroja (Acanthodactylus erythrurus), exclusiva del Arenal de l’Almorxó; el lagarto ocelado (Lacerta lepida), muy conocido por sus llamativos colores verdeazulados, ampliamente extendido, salvo en zonas muy umbrías, y que puede superar los 60 cm de longitud, como el existente en el Valle de Caprala; la culebra bastarda (Malpolon mosnpessulanus), la culebra de escalera (Elaphe scalaris), la culebra de herradura (Coluber hippocrepis), la culebra lisa meridional (Coronella girondica), la culebra de collar (Natrix natrix), la culebra viperina (Natrix maura), ambas relacionadas en estado adulto con la presencia de agua, y, por último, la víbora hocicuda (Vipera latastei).

Entre los anfibios, el sapo corredor es el más abundante, de pequeño tamaño (8-10 cm), distribuido por casi todo el territorio del Paisaje Protegido y fácil de encontrar en la Serra del Sit, el Valle de l’Administració, Valle de Caprala, Casa Càncio, Molí de la Reixa, Font del Carrascar, Font del llop, etc. Junto a él, el anfibio más abundante es la rana verde común (Rana Perezi), presente principalmente en balsas tradicionales, fuentes, nacimientos y acequias. Otros anfibios que se han observado son: el sapo común (Bufo bufo), que puede alcanzar los 20 cm y, aunque no es muy abundante, se distribuye por bancales abandonados de las laderas de la Silla del Sit y zonas con presencia de agua como la Font del Cossi; el sapillo moteado (Pelodytes punctatus), pequeño y ágil, similar a una rana pero con la piel verrugosa; y el sapo partero común (Alytes obstetricans), que se ha detectado en ambientes bastante diversos, como en la rambla de Caprala, rambla de Puça, Valle de l’Administració, Casa Cancio o la Font del Llop.

Entre los invertebrados más representativos destacan: abejas, avispas, abejorros (abundantes debido a la alta presencia de plantas aromáticas), chinches, chicharras, moscas, mosquitos, tábanos, libélulas, mariposas, arañas, grillos, escarabajos, cigarras, tarántulas, alacranes, etc.

Por último, hay que señalar que la fauna no es un elemento estático, como pueda serlo una roca o una especie vegetal. Generalmente está ligada a la presencia de agua y, en un medio tan escaso en recursos hídricos como el Paisaje Protegido de la Serra del Maigmó y Serra del Sit y en donde los cursos naturales de agua han sido modificados por el ser humano desde tiempos inmemoriables, los puntos de almacenamiento de agua creados por el hombre constituyen un factor clave para el abastecimiento de agua por parte de la fauna. No solamente para anfibios sino también para todo tipo de fauna, desde aves y mamíferos a pequeños invertebrados como libélulas, abejas o avispas.